martes, 28 de octubre de 2008

AQUA

El mensaje del agua

Había una vez una botella que fue arrojada al mar. Contenía una oración de magia, cuyo texto era desconocido porque se pedía privacidad sobre el mismo, ya que el profesor de control mental era muy estricto en el rito.
El mensaje del agua fue a parar a manos anónimas. Ya nada podía saberse. Ya nada podía creerse. El eclecticismo es algo tan fluctuante como las ondas del mar. El mar estaba embravecido. El texto está establecido. No es posible el retorno a su lugar de origen. ¡Qué pena entristecedora! La computadora no sabe qué se está redactando. Pero tiene un artilugio que ayuda a corregir la ortografía y la sintaxis. Un analista de sistemas sabe cómo son los programas que hacen que el teclado obedezca al escritor.
“Et in Arcadia ego”. En horas nocturnas se puede apreciar la dispersión del autor. Luego del reposo, cuando las aguas se aquietan, se perfila el sentido de lo que se quiere expresar. El aquietarse del agua es una metáfora que se utiliza para decir que hay calma. El alma puede llegar a diferenciarse del espíritu. Queda a disposición del lector, el hecho de pensar para sí en qué consiste esta diferenciación. El escritor se despreocupa de la dispersión causada. Ofrece su texto. Cuando salga de este atolladero no necesitará comprender el mensaje cifrado, porque la cifra es irrisoria; y desea terminar ahora esta historia.

Ariel von Kleist,08

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