El Diablo viste a la moda
por Ariel Aguilar von
Kleist,xvi
Existe desde hoy una nueva propuesta para psicodrama:
Resulta que yo dije de la T.O. Daniela es la más elegante del
equipo. Y Florencia, la Musicoterapeuta contestó: “Que nos estas queriendo
decir a nosotras…” Habló por ella y por Macarena la profesora de gimnasia.
Para sacarme la
espina de la ofensa contra Florencia, se me ocurrió una genialidad (modestia
aparte) para el taller de Psicodrama; aquí va:
En la escena hay tres personajes, Mefistófeles, Daniela y Florencia. A
Mefistófeles lo represento yo, vestido todo de rojo, con el tridente, la cola puntiaguda, los
cuernitos y la barba candado tipo Dr. Galván. Entonces aparece Daniela en la
escena Híper elegante. Florencia se va al Dot Baires Shopping; entra en los
locales de ropa femenina, como ser (te invento algo como dice el Dr. Tonna)...
Domenica, Cuesta Blanca, Valentino, Agarrate Catalina, Chiara, luego se compra
cosméticos de Revlon y Maybelline New York; luego va a la peluqueria, se saca
esa raasta harapienta, se hace un baño de crema y la planchita, y, finalmente aparece
en escena. Se pasean Daniela y Florencia en medio del T.O. como unas divas...El
diablo Mefistófeles las tienta, y se empiezan a mirar con envidia porque una
está mejor vestida que la otra… a la última moda. Luego se agarran de las
mechas y luchan revolcándose como las luchadoras del barro… y todo termina muy
mal… quedan hechas un arapo… Mefistófeles se ríe con una carcajada maligna y
dice: “Estas Chicas se creen muy lindas paro son unas chirusitas”... Y las
pincha con el tridente y las arroja al lago de azufre y fuego y se queman para
toda la eternidad. Luego el diablo termina arrojado al Averno y se pone a
bailar con la brujita Silvita… Todo esto resulta espantosiento… Y termina la
acción. El psicodrama.
El Dr. Tonna le aumenta la medicación a Ariel, pero el
psicólogo Diego se pone de acuerdo con el Dr. Galván y le dan de baja y le
abren un sumario administrativo. Y Ariel termina en la cárcel. Cuando piensa
muy bien la obra que pergenió, y ve los grilletes que le colocaron los
guardiacárceles, se arrepiente; pero ya es demasiado tarde y canta con voz
melancólica: “Mi alma en pena está prisionera, más son tan bellas las cadenas
que no ansía la libertad”... (Händel, Rodelinda, Aria de tenor).
Ojo! que esta genialidad no se le ocurrió a Shakespeare ni a Dostoievski,
ni a Kafka, ni a Umberto Eco, ni a Saramago ni a Proust, ni a Borges, ni a
Miguel de Cervantes Saavedra, ni a Tolstoi, ni a Hofmann, ni a Goethe, ni a
Frastraslafra, ni a Juan Domingo Perón… No!...
se me ocurrió a mi que estoy completamente de la nuca… y bueno, asi es
la genialidad: la lucidez y la locura están separadas por un velo muy delgado
que cuando se atraviesa ya no hay retorno. A esta edad de 45 años me fallaron
todos los filtros.
Dado en Florida Este, el
20 de Septiembre de 2016.
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Imprimatur